19/10/12

Jardin (II) (2006)


JARDIN COMO PROCESO.
La vida, como el arte,
no es un instante, es un proceso."
R. MORRIS (7)
     Hace algo más de un año que comenzamos (8) este proyecto. Compramos una casa en el campo, con un jardín que no era más que un inicio, un terreno lleno de posibilidades. Volví a ser albañil, me hice jardinero.
Aquí el proceso se realiza en un doble sentido. Por un lado está la acción del hombre (nuestra actuación) sobre el jardín y por otro está la acción de naturaleza en sí misma, que transforma el jardín en una arquitectura espacial que se transforma con el tiempo, sujeto a un ciclo vital, que se mueve en el circulo de las estaciones, en su renovación biológica. Tiempo como presencia absoluta de la naturaleza. “Jardín que sobrepasa la caducidad del tiempo” (9).
     Me siento un artista trabajando directamente sobre la naturaleza. Como un artista-jardinero que dibuja caminos con piedras y cemento, que separa planos y alturas, delimitando espacios a través de contornos. Es una especie de intervención, pero no sobre el lugar, sino más bien con el lugar. No pretendo dominar la naturaleza, sería absurdo. Sólo pretendo ayudarla en su camino, en se crecer.
     El arte del jardín es el embellecimiento de la tierra por medio de todas las posibilidades que la tierra ofrece a la intuición, flores, arbustos, árboles… combinadas de forma diversa y conforme a una idea, a un pensamiento no planificado que surge de la interacción con el terreno. Me dejo llevar por el jardín, por sus formas y pendientes, actuando en función de ellas. Las leyes que construyen el jardín, luz, composición, ritmo… no surgen de la razón, sino de la relación con la naturaleza, como partícipe de una trama que ella me insinúa, de un secreto que me llega al inconsciente.
     El jardín tiene que ser entendido como naturaleza enteramente subjetivada en la que el artista-jardinero hace con los elementos del jardín lo mismo que el poeta hace con las palabras:“los junta de tal modo que parecen nuevos y excepcionales y, al mismo tiempo, es como si por primera vez fuesen ellos mismo y se acordasen de ellos mismos” (10).
   Crear un camino es cansado pero… maravilloso. Busco piedras en el campo a modo de objeto encontrado y busco también, para ellas, un lugar en el que depositarlas. Pero no en cualquier lugar. Debo encontrar aquel que le corresponda, aquel que ellas mismas estaban esperando. Intentando disponerlas de forma más o menos armónica, más o menos equilibrada, pero siguiendo su forma y no la mía, respetando el entorno. No se trata de crear caminos, sino de caminar.
   El resultado ha de ser hermoso pero discreto, debe pasar desapercibido, integrado en el paisaje. Instalación realizada para en realidad no ser vista, para pasar desapercibida. El objetivo es que una vez terminada la intervención ha de parecer que siempre ha estado ahí. La discreción del resultado es mi objetivo y mi triunfo. La belleza de la contemplación… mi premio.
     A través del jardín participas de la magia de la naturaleza, del misterio que encierra una semilla, de la esencia de la vida. Plantar una bellota y ver como, poco a poco, va apareciendo, haciéndose más y más visible una encina; pasear y descubrir como de la nada van surgiendo esbozos de futuros pinos… es indescriptible.
(7)  Morris, Robert. Continuus Project Altered Daily. Londres. 1993. Citado por Raquejo, Tonia en Land Art. Arte Hoy. Editorial Nerea. Madrid. 1998. Pág.. 61.
(8)  No estoy solo en esta aventura. Mi marido, Hubert, es parte fundamental en este proceso, en esta experimentación, en esta metamorfosis que vive el jardín, que vivimos nosotros.
(9)  Añón Feliz, Carmen. Op. cit. Pág. 42.
(10)Von Hofmanns, Hugo. Gärten. Citado por Asunto, Rosario en: Ontología y Teología del Jardín. Tecnos.Madrid. 1991. Pág. 141.

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