19/5/10

Naturaleza muerta (2002)


Buscando nuevamente en el baul de los recuerdeos... una de botellas y vasos.

 

 

 

16/5/10

En familia

Portrait de la famile Blaichet. Lyon. France. 2001.
Retrato colectivo subjetivo en el que prima la imagen social (máscara, artificio con el que nos mostramos a la sociedad). Cada individuo ha eligido la ropa que le representará, la imagen que quiere mostrar.
En la sociedad contemporánea pensamos que estamos libres de adquiridos. A diferencia de las sociedades tradicionales, en las que el presente no existe; basadas en una idea de precedente (lo que recibimos de nuestros padres y, con ello, de nuestros antepasados) y de proyecto ( lo que transmitiremos a nuestros hijos); en la que el sacrificio o renuncia a la vida en función de lo venidero es la norma; en los sistemas temporales (sociedad contemporánea) no se renuncia al presente, a la vida.
Este surgir del presente; esta necesidad de vivir nos lleva a pensar en consecuencia quienes somos; surge (o se inventa) una idea o concepto que abarque esta necesidad: la identidad ; y, con ella, nos creemos despegados del pasado, del adquirido (somos libres, vivimos un presente que se nos muestra gracias a nuestra individualidad, a nuestra posible identidad).
Olvidamos con ello que, a diferencia de nosotros, el adquirido no nos ha abandonado, está ahí, en nosotros, desde el momento en que nacemos, cuidándonos, protegiéndonos, mintiendonos, encaminándonos...

Autorretrato frente al mar (2002)

Exposición "Paisaje Contemporáneo". Diputación de Ciudad Real. 2002.
“Paisaje: Extensión de terreno que se ve desde un sitio. Extensión de terreno considerada en su aspecto artístico.. Pintura o dibujo que representa cierta extensión de terreno”. (Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española).
De esta definición de pueden destacar dos claves presentes obligatoriamente: la ‘naturaleza acotada’ y la necesidad de un ‘hombre’ que la elige y muestra.
Se trata de un pequeño homenaje al paisajismo romántico y especialmente a C.G. Friedrich: ‘Monje junto al mar’ (1808-10) en el que se diferencian netamente dos espacios: una figura de espaldas con el que el espectador se identificará y un fondo menos corpóreo que tiende a la simplicidad, a la ‘inmensidad elemental’. De modo similar planteo una simplificación del espacio a un horizonte ‘acotado’, mostrándome a la vez, como autor y observador del paisaje elegido/creado.

13/5/10

Latente (2004)

La serie surge… en primavera. Posiblemente como divertimento, quizá como necesidad o simplemente como réplica a una anécdota ocurrida en el Salón de Té que poseía (1). Quizás fue el resultado de todo ello en conjunto.
Quería hablar de sexo, pero no de un sexo explícito sino insinuado y, en cierto modo, codificado (sexo subliminal, pero sexo y sólo sexo). No quería mostrarlo oscuro para que no acarreara sentimientos de oculto, prohibido, pecaminoso, sucio…. Quería un sexo a plena luz del día. El sexo de la siesta.
 
Luz y calor.
Sexo y siesta.
Calma, quietud,
tranquilidad y reposo.
Todo se halla en estado latente,
todo dispuesto…para el placer.
No quería tampoco mostrar el acto sexual en sí, sino nuestra predisposición hacia el mismo. Todos tenemos un cuerpo con capacidad sexual y, aunque a muchos les cueste reconocerlo, con órganos y sentidos preparados para gozar. Unos tienen pene, otras tienen vagina, pero todos tenemos pezones, orejas, cuello, espalda,…y ano.
Nuevamente el cuerpo se convierte en anatomía descriptiva, anatomía sexual. ¿Qué por qué utilizo al varón como ejemplo? Porque prefiero hablar de aquello que conozco, hablar de mí, eligiendo así al “macho” para utilizar el doble significado que el termino posee: como varón (autorretrato) y como excusa para referirme a ese ser “falocentrista” que aún existe y que generalmente olvida que no todo es falo en la vida y mucho menos en el sexo. Se trata pues de hacer una invitación a descubrir “su otro lado” (2).
Autorretratado como animal;
animal como deseo.
Deseo en estado puro,
en estado latente
Ningún discurso de identidad gay y mucho menos de género se halla en la serie. El papel que el ano desempeña en ella es la clave. Ano pues como unidad y no como diferencia entre “sexos” (elemento común que posee tanto el varón como la hembra) ni entre “géneros” (en el momento que no hay diferencias físicas, sino similitudes, cualquier discurso sobre el género deja de tener sentido, los roles psico-sociales desaparecen). En lo referente a la orientación sexual sería simplemente eso, una preferencia, un gusto del que cualquiera puede disponer (si no existieran tabúes al respecto). Sería como un reinicio, un regreso a la idea de una “sodomía” no ya como pecaminosa (¡gracias a Dios!) sino simplemente como cualidad que todos poseemos, capacidad que todos compartimos…
1. Una clienta habitual, siempre que era posible, se sentaba frente a la obra: Dos.3.Orgasmo. Estaba fascinada con él. Así un día, otro día… hasta que un día, al marcharse, nos confesó su pasión por la obra. La regalé una postal del cuadro en la que se indicaba su título. Al leerlo, su reacción fue extraña (o así es como yo lo percibí). Desde entonces, no se ha vuelto a sentar delante del cuadro (incluso confesó a mi marido que ya no puede mirarlo). ¿Todo eso por un título? ¿por un orgasmo? El sexo… tan natural… puede acarrear infinitud de incomodidades, de tabúes,…
2. Una invitación que se está convirtiendo en una especie de moda. Recientemente diversas cadenas de televisión, en la lucha de las audiencias, realizan programas de sexo en los que en ano se convierte en zona erógena. En uno de ellos (curiosamente destinado –aunque no exclusivamente- a “matrimonios heterosexuales” en los que, con los años , se había apagado la “llama de la pasión”) se finalizaba con una clara invitación a los varones heterosexuales (pues se presupone que los homosexuales no la necesitan) a que hagan uso de su ano, que descubran su “punto G” (que se halla ahí, al ladito de la próstata), que permitan que su “señora” explore la zona… que se relajen y disfruten.

7/5/10

Blanco (1998)

He asumido una nueva identidad (gay), me he liberado de complejos y, sin embargo… me siento tan vacío.
Basar mi identidad en mi sexualidad me ha permitido avanzar, reconociendo y aceptando mis deseos, encontrando un ambiente en el que encajar, al que pertenecer, pero… ¿realmente pertenezco a este mundo?
El mundo gay es atractivo pero no deja de ser un simple invento, un entorno artificial. Chueca ha cambiado. Aquellos bares a puerta cerrada se han abierto. Han surgido multitud de espacios abiertos, visibles, pero estereotipados. El mundo de la licra y del gimnasio ha vencido. Todo es imagen y… dinero. Vivo al lado de este paraíso ideal prefabricado y sin embargo me siento tan lejos.
Nuevas dudas surgen y ante ellas, sigo solo y en conflicto. Había reconocido una identidad gay que no me pertenecía… Pierdo referencias. Surge la apatía y, con ella un nuevo encierro que sólo abandono en momentos puntuales, en busca de cuerpos… pero no de individuos.
Necesitaba un poco de aire, necesitaba salir del lienzo, del corsé identitario que me oprimía. Era como un regreso al origen, al punto de partida. Si mi sexualidad es simplemente una cualidad, un gusto, cualquier identidad basada en esta sexualidad será un artificio, será solamente una imagen.
Blanco como base, blanco como comienzo, blanco como pigmento y… blanco como luz (luz difusa, sin sombras, que acentúa la artificialidad y atemporalidad de la escena -su dramatismo, su vacuidad-).
Si aceptamos participar de esta ficción , nuestra actuación/vida será también puro artificio, reforzando así que el concepto de identidad no sea más que una pura invención.
Ser consciente del artificio en que vives es mucho más que triste, es desesperante. Saber que vives en una burbuja te hace consciente de tu fragilidad. La posible caída te acobarda pero... es necesaria e inevitable.